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Sentirse culpable

Sentirse culpable
Hay muchas razones por las que puedes tener sentimientos de culpa. Puede ser por un acontecimiento, una situación o una persona. 

Sentirse culpable

Los estudios demuestran que las emociones y los pensamientos negativos pueden elevar las hormonas del estrés, la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas ayudan a desencadenar la respuesta de tu cuerpo cuando te encuentras con una amenaza o un acontecimiento estresante. El problema es que cuando los niveles elevados de estas hormonas duran demasiado tiempo, empiezas a estar inquieto e irritable. También puede empezar a experimentar una presión arterial alta, un ritmo cardíaco acelerado, una úlcera por estrés en el estómago y una inflamación.

Las investigaciones que estudian cómo afecta la culpa a tu mente muestran que el sentimiento de culpa puede afectar a tu salud mental y a tu bienestar. Sentirse culpable aumenta el pensamiento negativo. Esto puede tener un mayor impacto si ya estás experimentando una depresión. Cuando estás en un estado depresivo y también tienes sentimientos de culpa, esto puede conducir a la cognición negativa. La cognición negativa es cuando piensas y te hablas a ti mismo de forma negativa.

En general, puedes empezar a tener una opinión negativa sobre ti mismo, lo que te lleva a tener problemas de baja autoestima. Como resultado, el sentimiento de culpa puede hacer que te deprimas aún más.

Consejos para dejar de sentirse culpable

Cuando empiezas a tener sentimientos de culpa, puede que ni siquiera sepas por qué te sientes culpable. En otros casos, puede que sepas por qué te sientes culpable pero no sabes cómo gestionar esos sentimientos.

  • Acepta lo que ha pasado
    Nadie puede hacer retroceder el tiempo. Si te sientes culpable por un error o acontecimiento del pasado -por ejemplo, si experimentas la culpa del superviviente- puedes empezar a aceptar lo que pasó y saber que nada de lo que hagas puede cambiar el pasado.
  • Pide disculpas si es necesario
    Cuando haces daño a alguien, a veces puede ser difícil pedir disculpas. Esto puede deberse a que sientes vergüenza, lo cual es natural y muy común. Pero no es necesario revolcarse en la culpa. Si crees que puedes arreglar el problema disculpándote, entonces puede ser una buena solución. Puede que no obtengas los resultados que deseas, pero la persona a la que has herido verá que estás intentando arreglar tu error. Eso puede ayudar mucho.
  • Comprende dónde estás ahora y qué ha cambiado
    Si te sientes culpable por algo y sabes qué es lo que te hace sentir culpable, primero reconoce que no puedes hacer nada para cambiar lo que ha ocurrido. En segundo lugar, entiende dónde estás ahora y qué ha cambiado. Por ejemplo, puede que hayas herido a un amigo que no acepta tus disculpas y decide poner fin a vuestra amistad. Has hecho todo lo posible, pero ahora la amistad ha terminado. Una vez que reconoces la verdad sobre la situación actual, puedes empezar a perdonarte y darte otra oportunidad.
  • Piensa en lo que harías diferente ahora
    ¿Qué hacías antes que te hacía sentir culpable y qué puedes hacer diferente para sentirte menos culpable? Lo más difícil puede ser identificar el comportamiento que te hace sentir culpable. Una vez que hayas encontrado el origen de tus sentimientos de culpa, puedes empezar a hacer cambios y dejar de sentirte culpable. Por ejemplo, quizá te sientas culpable por no ayudar en las tareas domésticas. Empieza por algo pequeño y haz que sea una prioridad ayudar más. Si tienes el hábito de comprar cafés con leche caros y esto te hace sentir culpable, empieza por comprarlos con menos frecuencia o cambia tu pedido de café. Tal vez, en lugar de un hábito diario, se convierta en un capricho especial al final de la semana. O en lugar de un pedido especial de gran tamaño con todos los aderezos, lo cambias por una bebida más sencilla y menos costosa. Pruebe este método. Una vez que identifiques el comportamiento que te hace sentir culpable, puedes empezar a hacer cambios y ver si hay alguna diferencia.
  • Reflexiona sobre las lecciones que has aprendido
    Si has hecho daño a alguien con tus acciones, piensa en las lecciones que las consecuencias pueden enseñarte. Digamos que robaste algo a un amigo. Incluso si devuelves lo que has robado y te disculpas, tu amigo podría decidir que ya no te quiere en su vida. La lección aquí puede ser que sólo porque tengas el impulso de coger algo que no te pertenece, no tienes que actuar según ese impulso. Podría costarte una buena amistad. La próxima vez que sientas el impulso de hacer algo que te parece incorrecto, recuerda las consecuencias de tu comportamiento pasado. Reflexionar sobre las lecciones que has aprendido puede ayudarte a hacer las cosas de forma diferente.
  • Busca ayuda si no puedes afrontarlo por ti mismo
    Superar los pensamientos y las emociones negativas requiere mucha fuerza de voluntad y apoyo. Sin el apoyo de las personas en las que confías, puede ser difícil hacer frente a los sentimientos de culpa, vergüenza, ansiedad y otras emociones negativas. Por lo tanto, si te parece que estás luchando para hacer frente a los sentimientos de culpa, habla con alguien. Puede ser un amigo cercano, un familiar o un profesional.

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