Cómo superar un divorcio
Porque después del divorcio, quieres recuperar tu vida. Pero una parte de ti sigue reviviendo el pasado, dándole vueltas a tu matrimonio como una piedra que salta en tu mano. Una piedra que, en algún momento, tienes que dejar caer. Tienes que dejarla ir. Porque la verdad es que pasar la próxima década echando de menos a tu Ex -y compadeciéndote de ti mismo- es incluso más deprimente que tu propio divorcio.
Así que, para ayudarte, empiezas a investigar. Preguntas a tus amigos, a tu familia (o quizá ellos te pregunten a ti): «¿Cuánto tiempo se supone que se necesita para superar un divorcio?». Sin embargo, no obtienes nada a cambio, sino respuestas diferentes que llevan a más preguntas.
Ahora estás aquí leyendo, y nosotros estamos contigo. Sabemos que a veces armarse de conocimientos es la mejor manera de sentir que se tiene el control, especialmente cuando se trata de todo lo relacionado con el divorcio. Entonces, ¿cuánto tiempo se necesita?
Lo que dice la ciencia
Estudios anteriores sugieren que una persona tarda, de media, dieciocho meses en seguir adelante tras el divorcio, mientras que otros simplemente lo dejan en «es complicado». Y ésa es la verdad: el divorcio es complicado y, por eso, la ciencia no es muy precisa. Algunos participantes en el estudio, por ejemplo, pueden haber estado separados antes de divorciarse, mientras que otros acaban de romper. Otros participantes pueden haber deseado el divorcio, mientras que otros todavía querían intentar que sus matrimonios funcionaran.
Lo que está claro es que, aunque los matrimonios parezcan iguales sobre el papel, su interior es un desorden, algo intrincado que no puede examinarse como una ecuación matemática.
Lo que dice la experiencia
Lo que sabemos, a pesar de lo que nos digan nuestros seres queridos o incluso de lo que diga la ciencia, es que las personas suelen descubrir que han «pasado página» casi inconscientemente. Se despiertan una mañana y la tristeza que han estado cargando se siente diferente, menos como un peso que como una especie de recuerdo. Estás en medio de una conversación, por ejemplo, o estás comprando en el supermercado, y ves el último tabloide que anuncia el divorcio de otro famoso cuando recuerdas tu propio divorcio, lo que se supone que estás llorando, o «echando de menos» o reverenciando. Sólo que no lo haces tanto. Te sientes estabilizado. No es que no seas consciente de las cicatrices que llevas, sino que ahora las posees. Y lo mejor de todo es que ya no te importa.
Este no preocuparse es liberador. Parece que ocurre un poco antes cuando tienes distancia con tu Ex. Eso significa que no hay «seamos amigos». No hay llamadas telefónicas nocturnas de «lo siento por mí». Nada de encuentros «por los viejos tiempos». De hecho, para ayudarte a sanar, debes considerar tu relación pasada como una droga, al menos durante un tiempo. Tienes que cortar tu exposición a la droga y a sus muchos desencadenantes.
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