Conflictos de pareja
Evitar el conflicto
En lugar de discutir las frustraciones de forma tranquila y respetuosa, algunas personas no dicen nada a su pareja hasta que están a punto de explotar. Entonces, tienden a soltar sus sentimientos de forma airada e hiriente. Evitar por completo una discusión parece ser menos estresante. Sin embargo, a medida que las tensiones aumentan y los resentimientos se agudizan, evitar el conflicto en realidad causa más estrés en ambas partes. El resultado suele ser una discusión mucho mayor. Es mucho más saludable abordar y resolver el conflicto.
Estar a la defensiva
Al resolver los conflictos, las parejas deben abordar las quejas de su pareja de forma objetiva, con la voluntad de comprender su punto de vista. A menudo, las personas a la defensiva niegan haber actuado mal y no reconocen la posibilidad de que puedan estar contribuyendo a un problema. Negar la responsabilidad puede parecer que alivia el estrés a corto plazo, pero en realidad crea problemas a largo plazo. Las parejas no sienten que su pareja les escuche, y los conflictos no resueltos siguen creciendo.
Tener razón
El objetivo de una discusión en la relación es buscar el entendimiento mutuo y encontrar resoluciones que respeten las necesidades de todos. Es perjudicial determinar que hay una forma correcta e incorrecta de ver las cosas, y que tu forma de verlas es la correcta. No exijas a tu pareja que vea las cosas de la misma manera que tú, y no te tomes como un ataque personal si tiene una opinión diferente. Busca un compromiso, o acuerda no estar de acuerdo. Recuerda que no siempre hay una respuesta correcta o incorrecta. Ambos puntos de vista pueden ser válidos.
Jugar al juego de la culpa
Algunas personas manejan los conflictos criticando o culpando a otra persona de la situación. Para estas personas, admitir la culpa personal debilita su credibilidad. Lo evitan a toda costa. A menudo, estas personas hacen recaer la vergüenza y la culpa en los demás. En su lugar, intenta ver el conflicto como una oportunidad para analizar la situación de forma objetiva. Evalúe las necesidades de ambas partes, y llegue a una solución que ayude a cada individuo.
Generalizar
Algunas personas exageran los conflictos y hacen generalizaciones. Evita empezar las frases con «tú siempre» o «tú nunca». Por ejemplo, no diga «nunca haces lo que quiero que hagas». Antes de generalizar, párate a pensar si las afirmaciones son ciertas. Tampoco saques a relucir conflictos pasados para cambiar de tema y avivar la negatividad. Estas acciones impiden la resolución de conflictos.
Ataques al carácter
A veces, las personas utilizan las acciones negativas de su pareja para señalar sus defectos de personalidad. Por ejemplo, si un miembro de la pareja deja los calcetines en el suelo, el otro puede considerarlo un defecto de carácter y tacharlo de «desconsiderado» o «vago». O, si un miembro de la pareja quiere discutir un problema de relación, el otro puede tacharlo de «necesitado». Los ataques al carácter crean percepciones negativas desde ambas perspectivas de la relación. Recuerda que debes respetar a la otra persona, aunque no te guste su comportamiento.
Olvidarse de escuchar
Olvidar escuchar es un factor importante en los seis factores de conflicto anteriores. Durante un conflicto, algunas personas interrumpen, ponen los ojos en blanco o ensayan su propia respuesta en lugar de escuchar de verdad e intentar comprender a su pareja. No escuchar te impide ver el punto de vista de tu pareja, e impide que tu pareja quiera ver el tuyo. No subestimes la importancia de escuchar y empatizar con la otra persona.
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