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Desconfianza en la pareja

Desconfianza en la pareja
La desconfianza en una relación sentimental es como el cáncer. Suele empezar de forma imperceptible, pero pronto se extiende y hace metástasis. Es uno de los principales factores que, si no se controla, puede deteriorar el vínculo entre dos individuos e incluso destruirlo. Hay una idea importante respecto al concepto. La confianza se aprende, pero también la desconfianza. No es un sentimiento que surge de la nada, sino que es el resultado de algo que surge de la experiencia. En otras palabras, cuando estás en una relación, traes todo tu bagaje, lo que explica en parte la confianza que tendrás con tu pareja. En situaciones normales, la desconfianza en una pareja surge después de que uno o ambos miembros no parezcan estables. Sin embargo, en los casos más extremos, esa neurosis está presente incluso sin motivos suficientes para desconfiar. De este modo, independientemente de la situación y de sus causas, la desconfianza es un asunto que debe ser tratado y resuelto.

Desconfianza en la pareja

La desconfianza en una relación sentimental puede tener muchas causas. El detonante más común es la infidelidad. Sin embargo, esa no es la única situación que alimenta la falta de confianza. Cada acción que decepciona a la otra persona prepara el terreno para que se desarrolle la desconfianza. Las principales raíces de la desconfianza en una relación romántica son

Descubrir que la otra persona miente constantemente

  • Promesas rotas. La otra persona parece no poder cumplir sus promesas.
  • Cuando la otra persona parece no conocerse lo suficiente. Les gusta una cosa pero luego la dejan. No saben lo que quieren.
  • Cuando el otro muestra dificultad para afrontar las consecuencias de sus actos. Son esquivos o irresponsables.

Sin embargo, también hay muchas situaciones en las que la desconfianza no proviene de nada. Son casos en los que hay una predisposición a la desconfianza. Los principales motivos de estos escenarios son los siguientes:

  • Inseguridades. Uno de los miembros de la relación siente que no es lo suficientemente bueno.
  • Haber sido traicionado y no haberlo afrontado adecuadamente.
  • Venir de un hogar en el que los miembros de la familia se traicionaron entre sí y hubo mucha desconfianza.
  • Haber traicionado a alguien y proyectar inconscientemente la necesidad de ser castigado por ello.
  • Excesiva dependencia y miedo al abandono.
  • Prejuicios contra los hombres o las mujeres.
  • Sentirse mal por parte de la mujer.

Una vez que la desconfianza se ha inmiscuido en la relación, no es fácil hacerla desaparecer. Sin embargo, no es imposible. Sólo exige una cantidad importante de trabajo y perseverancia. Sin duda, merece la pena, ya que quererse es siempre motivo suficiente para luchar por una relación sentimental.

La mejor manera de empezar es evaluando las razones por las que hay desconfianza en la relación. Es esencial determinar si las razones que hay detrás son objetivas o si provienen de una postura neurótica.

Además, es importante reflexionar sobre las expectativas que tienes respecto a tu pareja. Todos los seres humanos fallan. Esto significa que, si uno de los miembros de la pareja espera que el otro sea perfecto para confiar en él, está perdiendo el tiempo. La confianza no se desarrolla cuando la otra persona no falla. Más bien tiene que ver con tener la certeza de que, cuando falla, no lo hace deliberadamente o de mala fe.

La única solución real

Tener un diálogo abierto es siempre la solución ideal para los problemas de desconfianza en una relación romántica. Esto supone una paradoja, ya que es necesario confiar en el otro para poder dialogar. Sin embargo, es la única manera de llegar a un entendimiento o de darse cuenta finalmente de que la relación debe terminar.

Dialogar significa hablar de los motivos de la desconfianza con calma y cariño. La clave está en centrarse en uno mismo y no en la otra persona. Este diálogo no consiste en señalar al otro, sino en compartir cómo nos han hecho sentir con sus palabras y acciones. El objetivo es ayudarles a entender de dónde viene nuestro sufrimiento.

Dialogar también implica la necesidad de escuchar sin reaccionar automáticamente a todo. Tomarse tiempo para procesar lo que la otra persona dice, sin juzgarla. Cuando hay amor, la comunicación refuerza la relación y ayuda a encontrar la manera de avanzar. Es más, si el diálogo es imposible y la desconfianza persiste, es claramente una señal de que la mejor opción puede ser terminar la relación de una vez por todas.

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