Mujeres tímidas
No respondes a los cumplidos
Si ser el centro de atención ya te pone los pelos de punta, obviamente lo más difícil es responder a un cumplido, y lo que acabas haciendo es sonreír al suelo y cambiar rápidamente de tema.
Si estás con un grupo de más de 5 personas, ¡no cuentes con ello!
Lidiar con un montón de gente hablando y socializando es un poco abrumador, y si el grupo en el que estás tiene más de 5 personas, más vale que se olviden de tu opinión porque no encuentras el espacio para expresarte.
Observar es tu fuerte
Prefieres observar las situaciones en lugar de dar tu opinión, pero lo haces para que cuando estés con tus mejores amigos, puedas transmitir los chismes en una conversación más íntima y relajada. Por eso eres una súper buena acosadora.
Hablas demasiado bajo
Nunca estás seguro de si lo que dices es correcto y por eso prefieres decirlo en un tono de voz muy bajo para que si metes la pata no te haya escuchado mucha gente.
No puedes sostener la mirada
Te sientes demasiado intimidado para mirar a una persona a los ojos durante más de 7 segundos. A los 8 segundos, tus ojos ya están escudriñando el paisaje circundante.
Prefieres enviar mensajes de texto a hablar por teléfono
Necesitas un poco de tiempo para considerar tu mejor respuesta y las llamadas telefónicas no te dan ese tiempo. Al otro lado de la línea esperarán tanto tiempo tu respuesta que te preguntarán si sigues ahí.
Creen que te crees demasiado
Todo el mundo piensa que eres un engreído porque no saludas ni te despides, pero la verdad es que no encuentras el momento adecuado para hacerlo.
Ir a fiestas es el mayor reto
Ir a fiestas implica mucha gente y mucho ruido, y con la combinación de ambos, nadie te va a escuchar, ya sea porque todo el mundo está ocupado expresándose o porque hay demasiado ruido para que te hagan caso por lo bajo que hablas.
Exponer delante de un grupo es la muerte
¡Dios mío! No puedes soportar la presión de que todos te miren y escuchen, pero lo último que quieres es que te hagan preguntas o te digan que hables.
No eres fotogénico
Nunca sabes qué pose hacer o qué look llevar y estás tan concentrado en tu cuerpo que éste lo nota, y como también es tímido, decide que es mejor intentar escapar. Por eso sales mal en las fotos.
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