Perdonar una infidelidad
Separar el perdón del proceso de reconciliación
Haz que la reconciliación sea opcional y que el perdón no lo sea. La gente suele hacer esto al revés, eligiendo reconciliarse en lugar de perdonar. Esto les deja atrapados en el dolor de la traición, sin poder avanzar hacia una nueva vida. Si tu pareja no está segura, no te reconcilies. En el primer año de recuperación no te presiones para decidir sobre la reconciliación. Puede pasar más de un año antes de que sepas si es seguro reconciliarse. La reconciliación depende de la recuperación continua de tu pareja y de tu capacidad para sanar del trauma de la traición.
Toma la decisión consciente de perdonar
Por el bien de la libertad, no te aferres al rencor y al resentimiento. El perdón siempre es en tu interés y en el de tus seres queridos. Sólo el tiempo dirá si la reconciliación tiene cabida en tu relación. El perdón nunca se basa en los sentimientos, sino en la verdad y en la necesidad de liberarse del dolor de las decisiones de otra persona.
Elige centrarte en lo que es útil
Una vez que sepas lo que ha pasado, puede ser cada vez menos beneficioso seguir centrándose en el pasado. Ten el sentido común de preguntarte si la forma en que estás pasando tu tiempo (conversación, vida de pensamiento, etc.) está ayudando a avanzar en tu recuperación. Si es algo que te mantiene estancado, déjalo ir. Quieres elegir la vida, no la muerte.
Mantén una actitud de compasión
Si puedes mirar a tu pareja a través de una lente de compasión y preocupación, puede que te resulte más fácil dejar de lado la ofensa. Perdonar la infidelidad no es un signo de debilidad y no minimiza la magnitud de la traición, sino que te permite seguir adelante, libre de las acciones hirientes del otro. El perdón en el matrimonio, incluso sin infidelidad, requiere compasión.
No te aferres a los derechos
La felicidad es un regalo y el truco es no esperarla, sino deleitarse con ella cuando llega y añadirla a la reserva de los demás. Puede que tu pareja haya destruido tu felicidad, pero la vida es dura y a menudo injusta. Intenta mantener unas expectativas realistas.
Cuida de ti mismo
La falta de sueño, el aislamiento o la depresión severa sólo hacen que perdonar la infidelidad sea más difícil. No es justo, ya que tú no eres el que engañó, pero eres el único que puede dar los pasos necesarios para sanar las heridas creadas por otros. Esté dispuesto a buscar ayuda.
Sé consciente de tu propia humanidad
Estar dispuesto a considerar lo que se te ha perdonado. Mantener la conciencia de lo que otros han tenido que renunciar por tu bien te ayudará a encontrar paciencia para los demás. Una actitud santurrona te apartará de lo que buscas.
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